EUROPA PRESS

3 noviembre 2022

 

Cómo dar a luz puede cambiar permanentemente el cuerpo

 

Un equipo de antropólogos ha descubierto que la reproducción altera permanentemente los huesos de las mujeres de una forma desconocida hasta ahora. Su descubrimiento, basado en un análisis de primates y publicado en la revista 'PLOS ONE', arroja nueva luz sobre cómo dar a luz puede cambiar permanentemente el cuerpo.

 

"Nuestros hallazgos aportan pruebas adicionales del profundo impacto que la reproducción tiene en el organismo femenino, demostrando además que el esqueleto no es un órgano estático, sino dinámico que cambia con los acontecimientos de la vida", explica Paola Cerrito, que dirigió la investigación como estudiante de doctorado en el Departamento de Antropología y la Facultad de Odontología de la Universidad de Nueva York (NYU).

 

En concreto, los investigadores descubrieron que las concentraciones de calcio, magnesio y fósforo son menores en las mujeres que han experimentado la reproducción. Estos cambios están relacionados con el propio parto y la lactancia.

 

Sin embargo, advierten de que, aunque otros estudios clínicos demuestran que el calcio y el fósforo son necesarios para una fortaleza ósea óptima, los nuevos hallazgos no abordan las implicaciones generales para la salud ni de los primates ni de los humanos. Más bien, dicen, el trabajo ilumina la naturaleza dinámica de nuestros huesos.

 

"Un hueso no es una parte estática y muerta del esqueleto --señala la antropóloga de la NYU Shara Bailey, una de las autoras del estudio--. Se ajusta continuamente y responde a los procesos fisiológicos".

 

Hace tiempo que se sabe que la menopausia puede afectar a los huesos de las mujeres. Lo que no está tan claro es cómo los acontecimientos anteriores del ciclo vital, como la reproducción, pueden influir en la composición del esqueleto.

 

Para abordar esta cuestión, los investigadores estudiaron el hueso laminar primario, el principal tipo de hueso de un esqueleto maduro. Este aspecto del esqueleto es una parte del cuerpo ideal para examinar porque cambia con el tiempo y deja marcadores biológicos de estos cambios, lo que permite a los científicos controlar las alteraciones durante la vida.

 

Los investigadores examinaron la tasa de crecimiento del hueso laminar en los fémures, o huesos del muslo, de primates hembras y machos que habían vivido en la estación de campo de Sabana Seca, en Puerto Rico, y que habían muerto por causas naturales. Los veterinarios de la estación de campo habían supervisado y registrado información sobre la salud y el historial reproductivo de estos primates, lo que permitió a los investigadores relacionar los cambios en la composición ósea con los acontecimientos vitales con notable precisión.

 

Cerrito y sus colegas utilizaron la microscopía electrónica y el análisis de rayos X por dispersión de energía -métodos habituales para medir la composición química de las muestras de tejido- para calcular los cambios en las concentraciones de calcio, fósforo, oxígeno, magnesio y sodio en los huesos de los primates.

 

Los resultados mostraron diferentes concentraciones de algunos de estos elementos en las hembras que dieron a luz en comparación con los machos, así como en las hembras que no dieron a luz. En concreto, en las hembras que dieron a luz, el calcio y el fósforo eran más bajos en los huesos formados durante los eventos reproductivos. Además, se produjo un descenso significativo en la concentración de magnesio durante la lactancia de estos primates.

 

"Nuestra investigación demuestra que, incluso antes del cese de la fertilidad, el esqueleto responde dinámicamente a los cambios en el estado reproductivo --afirma Cerrito, que ahora es investigador en la ETH de Zúrich (Suiza)--. Además, estos hallazgos reafirman el importante impacto que tiene el dar a luz en un organismo femenino: sencillamente, la evidencia de la reproducción está 'escrita en los huesos' de por vida".